Las Administraciones Públicas españolas ingresan mucho menos que la mayoría de países europeos. Tendrían que cosechar una cantidad equivalente a casi seis puntos más del PIB para asimilarse a la media europea. La mayor diferencia se produce en el IRPF. España cosecha dos puntos de PIB menos que los países de nuestro entorno por este impuesto. La alta tasa de paro en España es el gran responsable de esta brecha, pero los expertos también achacan esta diferencia a la gran cantidad de exenciones, deducciones y bonificaciones fiscales. Algo parecido ocurre en el IVA, donde la recaudación española es medio punto del PIB inferior a la media. En ambos tributos hay grandes bolsas de fraude.

Si se suman todos los ingresos por impuestos que recaudan las Administraciones Públicas españolas, el resultado es una presión fiscal del 34,6% del PIB, según ha publicado esta semana Eurostat, la oficina estadística de la UE. Esta tasa se aleja en 5,4 puntos de la media europea. Países cercanos como Francia, Italia, Alemania o Portugal ingresan mucho más.

Cuando se analizan a fondo las causas de la escasa capacidad recaudatoria de España comparado con sus principales socios comunitarios la mayoría de expertos señalan en la misma dirección: la merma que supone sobre las bases imponibles de los impuestos —la cantidad de dinero que tiene que tributar— por los beneficios fiscales de nuestro sistema tributario. El agujero que causan estos beneficios provoca que cada año se escapen al fisco legalmente más de 50.000 millones, según datos recopilados de los Presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas.

La mayor diferencia de capacidad recaudatoria se produce en el IRPF. España ingresa el equivalente al 7,4% del PIB, frente al 9,4% de la media de la UE. Y no, precisamente, porque los tipos del gravamen sean bajos. En este caso, el principal responsable es el elevado desempleo de España. El hecho de que un 20% de los trabajadores estén en paro merma sustancialmente la cosecha del IRPF.

José Ignacio Conde-Ruiz, profesor en la Universidad Complutense, explica que esta desavenencia se debe a las deducciones, bonificaciones y exenciones del IRPF. ¿Ejemplos? El menoscabo de las deducciones por planes de pensiones privados, vivienda o rendimientos del trabajo. “El problema del sistema fiscal español es que tiene unos tipos marginales en la media europea, pero los tipos efectivos acaban siendo bajos por los agujeros del sistema”, abunda, “las deducciones rompen la progresividad del IRPF, ya que benefician a quienes tienen mejor situación económica”.